Los filtros autolimpiantes de riego son dispositivos diseñados para eliminar impurezas sólidas del agua usada en sistemas de riego (por goteo, aspersión o pivote central), sin necesidad de desmontarlos para su limpieza manual.
Características principales:
Funcionamiento automático: incorporan un sistema de limpieza que se activa cuando el filtro detecta una diferencia de presión entre la entrada y la salida (indicando acumulación de suciedad).
Tecnología de limpieza: normalmente utilizan un sistema de succión, cepillos o retrolavado que arrastra las partículas retenidas y las expulsa fuera del sistema, mientras el agua sigue fluyendo hacia el riego.
Materiales resistentes: suelen fabricarse en acero inoxidable, poliamida reforzada o plásticos de alta resistencia, para soportar altas presiones y condiciones ambientales.
Rangos de filtrado: ofrecen mallas de diferentes micras, dependiendo del nivel de calidad de agua que requiera el cultivo (por ejemplo, de 10 a 400 micras).
Ventajas:
Evitan obstrucciones en emisores de riego.
Requieren mínimo mantenimiento, ya que no es necesario abrirlos frecuentemente.
Permiten ahorro de tiempo y mano de obra, al no depender de limpiezas manuales constantes.
Garantizan un riego uniforme y eficiente.
Pueden trabajar con caudales grandes y agua de diferentes fuentes (pozos, ríos, canales o agua reciclada).
Aplicaciones:
Sistemas de riego agrícola (goteo, microaspersión, pivote).
Jardinería y paisajismo.
Industria (en circuitos de enfriamiento y procesos donde se requiere agua limpia).
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